Día del maestro
Carta a mis alumnos:
Queridos alumnos:
Sé que ayer me porté un poco mal, que no debí
haber levantado la voz, que debí escuchar sus argumentos. Quizá esté un poco estresado, sé que los
problemas de la casa se quedan en la casa, pero les aseguro que los he dejado.
Ya sé, lo que pasó es que me desvelé este fin de semana para entregar los
productos del curso de actualización y la planeación de esta semana, ¡ha! y los
materiales, se me andaban olvidando, los tengo que hacer divertidos para que
ustedes se interesen en aprender.
Quizá sea por el trabajo que nos ha encargado
la supervisión escolar, los informes, los proyectos, los programas, “los
dichosos programas”. Puede que sean las
carencias que tenemos en la escuela y es que se nos acabaron los gises, las
escobas, el papel, la tinta, pero bueno esto ya
no me preocupa; le quito un poquito a mi quincena y listo.
Será que
se acercan los festivales escolares, el aniversario de la escuela, el día de
reyes, el día del niño, el día de las madres, y que tendremos que buscar las
actividades que nos generen recurso
porque
el Ayuntamiento o la Secretaría de Educación no dan para estos
festejos, pero esto
también ya está solucionado; ya nos cooperamos. Sin embargo no es todo
malo, el Presidente y el Sindicato ya nos autorizó un aumento 3.9% esos
90 pesos los voy a ocupar para
irme de vacaciones con mi familia a ver si así se me quita este estrés
que me
está matando.
Ya recuerdo lo que verdaderamente me pone de
mal humor, ayer en la formación cuando se desmayó Adilene la niña de quinto, me
percaté que no desayuna, que no le traen el almuerzo y que con cinco pesos solo
le alcanza para un helado y unos chicles, dice que con eso se le va el hambre.
Jesús el niño de segundo no quiere formarse adelante pues al hacer la fila
derechita se le ve el dedo gordo del pie, su zapato también tiene hambre.
Este mismo día Mauro por enésima vez no fue a la escuela y es que su papá
volvió a tomar, no hay dinero para la escuela. Hoy Hernán (mi niño especial) me
dio un fuerte abrazo cuando llegó, hoy tampoco lo pudieron llevar sus terapias
al pueblo, pues no hubo para el pasaje, con lo tanto que le gusta viajar.
Lo que me da coraje es esta desigualdad que
impera en nuestro país, mientras unos aseguran que una reforma cambiara la
situación de las escuelas, que habrá mejores oportunidades para todos, otros
nos partimos el alma por solucionar los problemas en el campo de batalla. ¿Cómo
no levantar la voz?
Perdón
mis niños espero que puedan entenderme,
no estoy enojado, estoy un poco preocupado, quisiera tener la respuesta a
todos los problemas que vivimos en la escuela porque ya me considero
parte de esta gran
familia.
Con todo cariño
El Profe.
El Profe.
¡Felicidades a todos los maestros!
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